sábado, 20 de diciembre de 2008

LA LEYENDA DE MAHOMAD
escrita en verso en 1900
por Francisco Valverde y Perales


Francisco Valverde Perales nació en la villa de Baena (Córdoba) el 1 de Octubre de 1848, en el seno de una familia humilde y, como casi todos los grandes hombres de su época, tuvo unos principios duros por el estado político de la España de entonces.

Cursó estudios primarios en Baena y, ya adolescente, marcharía a Córdoba, Sevilla y Cádiz, en donde decidió ingresar con veinte años como voluntario en el Ejército, sentando plaza en Cantabria, entrando en campaña en la batalla de Alcolea, siendo en 1870 fue destinado como Guardia Civil a Cuba, en donde se dice que “defendió heroicamente la enseña española, siendo
condecorado con la Medalla del Mérito Militar”.

Después de varias campañas fue nombrado para la Comandancia de la Guardia Civil de Toledo, en donde se despertaría en él su curiosidad por la Historia, se retiró, con el grado de Comandante, en 1902.

Actual escudo de la villa de Baena

Se retiró a Baena y desarrolló sus aficiones de historiador, arqueólogo y poeta y dadas sus dotes de historiador, investigador y poeta ingresó en la Real Academia de la Historia y perteneció a la Academia de la Historia de San Fernando y sería correspondiente de la Real Academia de Ciencias, Bellas Letras y Nobles Artes de Córdoba.

Posteriormente, le serían concedidos diversos galardones:

Cruz y Placa de San Hermenegildo.
Cruz de Isabel la Católica.
Medalla de Campaña con 8 pasadores.
Premio de la Real Academia al Talento.


Fue nombrado en su villa natal Hijo Ilustre con otorgación de la Medalla de Oro de la Villa de Baena y falleció en 1913.

Fue autor de una generosa bibliografía histórica:


Historia de la villa de Baena.
Batalla de Munda (monografía)
Antiguas ordenanzas de la villa de Baena.
Alelí (obra de teatro)
Soltera (obra de teatro)
Heridas de honra (obra de teatro)
Heridas de honra (Obra de teatro)
Antigüedades y vestigios de Baena.
Antigüedades romanas de Andalucía.

Escribió diversos artículos para las publicaciones científicas de su época, y redactó un curioso libro publicado en 1900 y titulado "Leyendas y Tradiciones de Toledo, Córdoba y Granada", escritas en verso e impreso en Gráficas Cañete, Baena (Córdoba) en 1970, con prólogo de Jose María Pemán y una carta de D. Juan Valera al autor, libro dedicado al Excmo. Sr. Marqués de Guadalerzas, con esta dedicatoria:


A Vd., mi respetable y cariñoso amigo, que tanto ha
contribuido con sus sabios consejos y enseñanzas
ilustrar mi pobre inteligencia, dedico esta
modesta obrita, que si no es acreedora a tal
distinción por su escaso mérito literario
tiene en su favor la benevolencia
de Vd., y la admiración, cariño
y agradecimiento que por Vd.
siente su autor.

Francisco Valverde.

Este libro de leyendas y tradiciones recoge un suceso ocurrido en el año 1300 y que Esteban de Caribay narra en la “Crónica General de España”:

“Durante las guerras de esto años, el rey Mahomad cercó Alcaudete, villa de la Orden de Calatrava, cuyos Caballeros y gentes que dentro se hallaban, no siendo partes para defender, la tomó dentro de pocos días, y con esta victoria, cercando a Baena, donde estaban Alonso Pérez de Saavedra, que tenía el alcázar, y Fernando Alonso de Córdova, hijo de Don Alonso Fernández y Payo Arias, y Juan Martínez de Argote y otros caballeros cordobeses, entró en el pueblo hasta ganar la mitad, de donde estos Caballeros, que de los vecinos del pueblo fueron valientemente ayudados, echaron a los moros, por lo cual el Rey Mahomad dio vuelta a Granada…”


MAHOMAD

I

Apenas las altas torres
de la morisca Granada
coloran sus capiteles
con los reflejos del alba,
cuando el Rey Mahomad II,
que en un overo cabalga,
a largo trote atraviesa
la plaza de Bibarrambla,
de cien alcaldes seguido
que cien pendones levantan
a cuya sombra congregan
diez mil valerosas lanzas.

No de fiestas y torneos
visten artísticas galas
no bonetes que coronen
plumas azules y blancas;
que entre bélicos arreos
bruñidos de cascos irradian,
pesados alfanjes ciñen,
fuertes escudos embrazan
y el pecho llevan cubierto
con finas cotas de malla.

Castilla de despedaza
y apenas si la prudencia
de su buena madre basta
a librar al joven Rey
de traidoras acechanzas;
mientras los bravos caudillos
de las fronterizos plazas
sin socorros y sin gente
huérfanos de su Monarca,
habrán de rendir al peso
de las sarracenas armas
con sus espadas invictas
las fuertes villas que guardan,
dando la vida con ellas
en servicio de la Patria.

¡Allá van! Cual torbellino
los campos queman y talan
de la villa de Alcaudete
cuyas sonoras campanas
tocando al arma coronan
de guerreros las murallas.

Mahomad sus gentes ordena
y el asalto se prepara,
mientras los fuertes cristianos
sobre la cruz de su espada
juran vencer en la lucha
o morir en la demanda.

Nubes de aceradas flechas
cruzan el aire contrarias
y con sorna gritería
por todas partes avanzan
hordas de moros que aplican
a los moros las escalas.

Los valientes caballeros
de la cruz de Calatrava
uno contra diez combaten
con indómita pujanza;
pero se esfuerzan en vano,
que la fortuna voltaría
a los árabes da el rostro
y a los cristianos la espalda.

Ya ganaron las almenas,
ya las duras cimitarras,
de los vencidos que huyen
en roja sangre se bañan.
Entran a saco la villa
y tras horrible matanza
los hombres llevan cautivos
y las mujeres esclavas.

De la torre del castillo
la enseña de la Cruz baja
y sube a ocupar su puesto
la media luna africana.
Cambió de señor la villa;
llegó la noche callada,
y a los horrores del día
sucedió, triste, la calma.

II

Aun no mostraba en Oriente
el sol sus doradas hebras
cuando el poder de un alcalde
el pueblo ganado deja
Mahomad y toma el camino
De la villa de Baena.

Tras breve marcha descubre
la cristiana fortaleza
que como nido de halcones
en la Almedina se asienta,
donde ve lucir señales
que llaman a la defensa.

El atrevido africano
con grave pompa despliega
por la llanura vecina
sus victoriosas enseñas
con belicoso aparato
de cajas y de trompetas.

Los baenenses no desmayan,
y con las gentes de guerra
que desde el castillo envía
el buen Alonso Saavedra,
los vecinos animosos,
aparecen con presteza
del Albayzín en el muro
del arrabal en la puerta,
donde con heróico esfuerzo
vencer o morir esperan.

Feroz es la arremetida
de las tropas agarenas,
sangrienta y breve la lucha,
inútil la resistencia.
La puerta salta en astillas
y en la confusión horrenda
vacilan los defensores
que hasta el Coso se repliegan.

¡Victoria! Gritan los moros
y en el arrabal penetran:
Mahomad ya dueño se juzga
de la codiciada presa
y al Alcázar se dirige,
cuando la hueste rehecha
de los valientes cristianos
con acometida recia,
a la voz de Payo Arias,
de Córdova y de Saavedra
y de Martínez argote
que marchan a la cabeza,
a cuchilladas abate
la media luna soberbia
que humillada y perseguida
deja la villa que incendia.

Tomó Mahomad de Granada,
escarmentado la vuelta;
dos años después moría
y hasta que bajó a la huesa
no se borró en su memoria
el recuerdo de Baena.

A su labor como arqueólogo se debe el hallazgo del Crismón de Baena que, por su singularidad, es atribuido al arte visigodo por unos autores, y considerado por el que fue cronista de Baena, Juan Antonio Bailén, como uno de los últimos eslabones de la cultura romanticista.

El Crismón es una pieza de metal con un anagrama con el nombre de Cristo, de apenas unos 34x25cm.

Según Juan Antonio Bailén "Es una pieza de indudable valor histórico por su representatividad litúrgica y mística”.

Fue hallado en la Villa de Íscar (entre Castro del Río y Baena), donde en el siglo XVII parece ser, según cuenta Valverde y Perales, existía en ese lugar un pequeño poblado con el nombre local de "la aldea". Decía el historiador Francisco Valverde y Perales, que este Crismón de Baena se encontró por unos trabajadores dentro de una tumba de un clérigo del S. VI en el núcleo de Izcár, dentro del término de Baena.

La desaparición del Crismon de Baena fue advertida por D. Juan Torrico Lomeña, en el transcurso de en una visita rutinaria al Museo Arqueológico Nacional, comprobó que faltaba. Desapareció hace 15 años del Museo Arqueológico Nacional, donde se encontraba donado por Francisco Valverde y Perales y donde estaba expuesto.

El diario ABC de Madrid reseñaba el día 9 de julio de 1993:

"Una cruz visigoda, importantísima desde el punto de vista arqueológico, fue robada el pasado día 6 de Julio del Museo Arqueológico Nacional, según reveló el Ministerio de Cultura..."

El diario El País también publicaba el 9 de Julio de 1993:

"El Crismón de Baena, una cruz visigoda de una gran importancia arqueológica, expuesta en el Museo Arqueológico Nacional desde su donación por la villa de Baena, por mediación del arqueólogo e historiador local Francisco Valverde, ha desaparecido de la sala donde figuraba el pasado día 6 de Julio, según ha confirmado a EFE el Ministerio de Cultura..."

Bruno Alcaraz Masáts

viernes, 19 de diciembre de 2008

El Cuarto o Patio de los Leones,
residencia real nazarí de la Alhambra

El viajero romántico Alejandro Dumas, cuando llegó a Granada, comparó el Patio de los Leones a "Un sueño petrificado por la varilla de un brujo", mientras que el escritor Pio Baroja dió, años después, una descripción menos poética: "Parece un quiosco de refrescos".

Foto de Cliford, tomada en el año 1862

El Cuarto o Patio de los Leones representa el conjunto más elegante de la arquitectura de los nazaríes del Reino de Granada, en él el arte arábigo-granadino alcanza su máximo esplendor y comenzó a construirse a partir de 1.377, por orden del rey nazarí Muhammad V.

El Patio de los Leones encierra en si mismo la descripción coránica del Paraiso. Tiene una fuente en el centro y a ella, a través de 4 canales que semejan los 4 ríos del Paraiso, llegan las aguas de las otras seis fuentes que existen alrededor de ella.

Ese agua que surge en el centro mismo del patio tiene la misión de evocar una fuente mucho mas importante. La que, según nos dice el Corán, está en el centro del Paraíso. O la que menciona el libro del Génesis, en la Biblia... El río que salía del Edén se dividía en cuatro brazos: Pishon, Ghion, Tigris y Eúfrates. Es el texto común de las tres religiones: hebrea, cristiana y musulmana.

Dibujo de Prieto Moreno, el arquitecto conservador de la Alhambra
en el periodo de 1942-1970, que relaciona la idea del oasis
en el patio de los Leones

Posee 124 columnas de mármol blanco de Macael (Almería), que semejan un bosque de palmeras o un oasis a modo de toobas, los árboles maravillosos del Edén, y contiene 11 tipos de arcos diferentes, así como columnas exentas, dobles o formando en los ángulos grupos de tres o cuatro en sus dos templetes, con capiteles cúbicos y grandes ábacos. Esta disposición claustral es una rareza en el arte musulmán de al-Ándalus, aunque sus precendentes se hallarían en los patios de las mezquitas y en los claustros cristianos del Cister en España, que poseen templetes que encierran la fuente del claustro.

Los dos centros de los lados mayores, que están orientados al Norte (Sala de Dos Hermanas) y al Sur (Sala de los Abencerrajes) tienen un arco de medio punto y son mayores que el resto. Sobre ellos, se distinguen los aposentos de las mujeres del Rey.

Esquemas del Jardín del Paraiso, que figura
en el manuscrito hindú "Guia de la Meca y el Más Allá"
y de la planta del patio de los Leones.
Moynihan - Siglo XVII

Los doce leones en círculo forman una rueda que soporta la taza y pertenecen al siglo XI, está soportada por 12 leones de apariencia entre mesopotámica y oriental. Dos de estos leones portan un triángulo en su frente, uno con el ápice hacia arriba y el otro, el contrario, con el ápice hacia abajo. Indican el Norte (Sala de Dos Hermanas) y el Sur (Sala de los Abencerrajes) y los dos triángulos, unidos en el espacio, formarían el Sello de Salomón, de ahí la sospecha de que la fuente, de una antigüedad superior a la Alhambra, era propiedad del judío Ibn Nagrela, visir del rey de Granada Ibn al-Ahmar y vivió en un suntuoso palacio en cuyo centro había una maravillosa fuente con doce leones.

León de la Alhambra, con un triángulo en su frente.

La futura fuente del palacio de la Alhambra estaba ya descrita, casi doscientos años antes, en un poema de Ibn Gabirol, cuando describe la fuente que existía en la casa de Ibn Nagrela:

Hay un copioso estanque que semeja
al mar de Salomón,

pero que no descansa sobre toros;
tal es el ademán de los leones,
que están sobre el brocal, cual si estuvieran
rugiendo los cachorros por la presa;
y como manantiales derraman sus entrañas
vertiendo por sus bocas caudales como ríos.
Y junto a los canales, hincadas, corzas huecas
para que el agua sea trasvasada
y rociar con ella en los parterres
las plantas y asperjar los juncos de aguas puras
y el huerto de los mirtos con ellas abrevarlo;
y siendo como nubes, salpican un ramaje
fragante, con aromas de esencias, cual si fuera
de mirras incensado.

Los 12 leones, que están en actitud de respeto, tienen dos peculiaridades distintivas:

1 - Cada león tiene recogida la cola por detrás, girando hacia la izquierda, por debajo del vientre, hasta alcanzar el costado izquierdo.

2 - Cada cabeza de león está terminada con un peinado con dibujos y trazas distintos a los otros leones.

El viajero veneziano Andrea Navagiero describió, en una carta fechada en el último día de Mayo de 1526, cómo los leones no vertían agua si se murmuraba una palabra en la boca de uno de ellos, aunque fuese un leve susurro y si otra persona, a su vez, se situaba en la boca de cualquiera otro león, si ponía el oido resonaba la voz clara y profunda.

Mármol describió la fuente indicando que contenía en su interior un mecanismo perfecto de reloj o astrolabio de agua, donde cada hora o ciclo cósmico vendría señalado por el chorro de agua de su león correspondiente. Era el autómata de la Alhambra.

La fuente central tiene 12 leones que manan agua por su boca. En el borde de la taza hay inscrito un poema en árabe. Se cuenta o se cree que esta fuente pertenecía al palacio que poseía un judío -Ibn Nagrela- en algún lugar de la Alcazaba. La taza tiene una inscripción compuesta por Ibn Zamrak y que dice:

"Bendito sea aquel que otorgó al imán Muhammad bellas ideas para engalanar sus mansiones"

En los bordes de la taza central figura el poema de Ibn Zamrak, una casida dedicada a rey Muhammad V.

Poema de la taza de los leones

Bendito sea Aquél que otorgó al iman Mohamed
las bellas ideas para engalanar sus mansiones.
Pues, ¿acaso no hay en este jardín maravillas
que Dios ha hecho incomparables en su hermosura,
y una escultura de perlas de transparente claridad,
cuyos bordes se decoran con orla de aljófar?
Plata fundida corre entre las perlas,
a las que semeja belleza alba y pura.
En apariencia, agua y mármol parecen confundirse,
sin que sepamos cuál de ambos se desliza.

¿No ves cómo el agua se derrama en la taza,
pero sus caños la esconden enseguida?
Es un amante cuyos párpados rebosan de lágrimas,
lágrimas que esconde por miedo a un delator.
¿No es, en realidad, cual blanca nube
que vierte en los leones sus acequias
y parece la mano del califa, que, de mañana,
prodiga a los leones de la guerra sus favores?

Quien contempla los leones en actitud amenazante,
sabe que sólo el respeto al Emir contiene su enojo.
¡Oh descendiente de los Ansares, y no por línea indirecta,
herencia de nobleza, que a los fatuos desestima:
Que la paz de Dios sea contigo y pervivas incólume
renovando tus festines y afligiendo a tus enemigos!»


Los 4 espacios que se generan por el cruce de los 4 canales de agua de los surtidores poseían un jardín bajo nivel y las galerías estuvieron siempre soladas de mármol blanco de Macael. En 1585 se soló todo el patio, suprimiendo estos jardines, conservando sólo los canales de agua de los surtidores, pero en 1808 se recuperaron de nuevo las zonas ajardinadas, aunque 1846 se hicieron desaparecer definitivamente para evitar las humedades que producían.

De sus cuatro laterales sobresalen cuatro salas. De dos de ellas sobresalen dos templetes para preservar del sol del verano a los habitantes de este palacio. Se cree que la sala de los Mocárabes y la de los Reyes servían para hacer fiestas diurnas, mientras que las de Dos Hermanas y Abencerrajes servían para fiestas nocturnas, la primera se usaría en verano y la segunda en invierno.

La fuente es un símbolo judío que representa a los doce toros que sostenían la fuente que Salomón construyó en su palacio o templo de Jerusalem. También los leones pueden representar a las doce tribus de Israel sosteniendo el Mar de Judea, aunque otros autores indican que representan también a los 12 signos del Zodiaco.

Este patio rectangular, que está formado por la unión de dos cuadrados perfectos, encierra una medida antigua usada por los agrimensores medievales: El Marjal.

El término Marjal es una medida agraria que se utilizaba para las tierras de riego desde el período de la Granada nazarí (1238-1492); conservándose actualmente en regiones y comarcas del Mediterráneo, procede del árabe hispánico Márga y se correspondía con 5 áreas y 25 centiáreas. Posteriormente esta medida eran algo más de 100 estadales (111’8) y con la llegada del Sistema Métrico Decimal se correspondía, en Granada, con 528’42 metros cuadrados.

El Marjal se usaba, según el Catastro del Marqués de la Ensenada, en 66 pueblos de Granada, tanto en el sur como en la Vega de Granada y tenía 4 tipos distintos de medida en Granada:

El marjal presenta distinto valor en su superficie, según sostiene el profesor de la UGR don Manuel Espinal. En el partido de Ugíjar, en La Alpujarra, se conoce como marjal de riego o ferrado y equivale a 625 varas cuadradas castellanas, 5.625 pies cuadrados, 39,06 estadales de marco real. Es un cuadrado que tiene de lado 25 varas ó 436 m2 en la superficie, mientras que en las tierras y partidos de Granada y Santa Fe es de 528 m2 y en Motril y las tierras de Órgiva alcanza 500 m2 y en otras tierras de Granada se constata una superficie de 527 m2.

Fotografía del Patio de los Leones del Catálogo de Alfonso XIII

150 años después, Felipe IV concedió a su sobrino Alfonso de Alencastre o de Láncaster el título de Duque de Abrantes en 1642 y en el siglo XVII, el Duque de Abrantes fue el propietario de las tierras del pago de Pinos Puente, y en Cijuela y en las alquerias de la Vega de Granada vivían sus aparceros, fue quien estableció la medida de superficie más común entre los agricultores de la Vega como norma definitiva: el Marjal, que son 528'42 m2, exactamente lo que mide el Patio de los Leones.

El marjal de Granada equivale a 528'42 metros cuadrados y es igual a la superficie del patio de los Leones, que por ello es llamado poéticamente “el patio del marjal”.

Bruno Alcaraz Masáts

sábado, 6 de diciembre de 2008

Averroes
Abu-l-Walid Muhammad Ibn Rusd "al hafid"
ابو الوليد محمد ابن احمد ابن محمد ابن رشد
9 de Safar del Año de la Hégira 595
- 10 de Diciembre de 1198 -

(En el 800 Aniversario de su Muerte en Marrakech)
(Córdoba, 1126 - Marrakech, 1198)

"Cuatro cosas no pueden ser escondidas durante largo tiempo:
la ciencia, la estupidez, la riqueza y la pobreza"
Averroes

Filósofo y pensador de al-Ándalus, conocido como Ibn Rusd o Averroes, nació en una época de controversias dogmáticas y filosóficas, en el seno de una familia de abogados, jurisconsultos y tanto él como su padre y su abuelo, fueron Cadíes de Córdoba y Sevilla. De la familia de los Banu Rusd se tiene conocimientos correspondientes a 6 generaciones.


El abuelo de Averroes, llamado Abu-l-Walid Muhammad ben Ahmad Ibn Muhammad, "el Abuelo, para distinguirlo de su famoso nieto, fue un excepcional jurista, Cadí mayor (qadí al-gama) de Córdoba, fue un excepcional consejero de los principes almorávides y almohades. Gracias a sus consejos, los mozárabes que ayudaron a la Aceifa cristiana del rey cristiano Alfonso VII, en lugar de ser ejecutados, que era lo usual en ese tiempo, fueron desterrados.

El padre de Averroes se llamó Abu-l-Qasim Ahmad Ibn Rusd, y también jurista y Cadí mayor de Córdoba, intervino en la reforma de la enseñanza ordenada por los almohades.

Su hijo, Abu-l-Walid Muhammad Ibn Rusd "al-hafid", el "Nieto", para distinguirlo del abuelo, nació en Córdoba en 1126, y con el tiempo llegaría a ser el más grande de los pensadores del Islam y el más universal de los nacidos en la península ibérica, junto con Lucio Anneo Séneca, escritor, filósofo y político romano, nacido también en Cordoba, en el año 3 a.C. y que falleció en Roma, en el 65 d.C. al ser descubierta una conjura contra Nerón, siendo condenado a quitarse la vida, lo que hizo cortándose las venas.

Desde muy joven estudió humanidades árabes y derecho islámico, aunque estudió con interés la medicina, la filosofía y las matemáticas. Fue tan trabajador que, al decir de sus biógrafos, sólo descansó dos veces en su vida: el día de la muerte de su padre y el día de su boda.

La Igaza o licentia docenti, equivalente a nuestro título de profesor, pudo recibirla entre 1141 1146 y debió casarse entre 1146 y 1153. Tuvo más de 5 hijos. De dos de ellos conocemos sus nombres: Abu -l-Muhammad 'Abd Allah Inb Rusd, que fue médico, filósofo y Cadí y Abu-l-Qasim Muhammad Ibn Rusd, que también ocupó el puesto de Cadí. De los otros hijos ignoramos sus nombres, pero sabemos que ocuparon el puesto de Cadí en ciudades de al-Ándalus. De sus nietos sólo tenemos noticias de uno de ellos, Abu-l-Abbas Yahya Ben Qasim Ibn Rusd, que también fue juez.

Manuscrito de Averroes sobre medicina

Abentofáil introdujo a Averroes en la corte almohade de Abu Ya'qub Yusuf, sultán de Marruecos en la ciudad de Marrakech (nombre de la capital y de donde derivaría el actual nombre de Marruecos), en donde sustituyó a Alpetragio, y recibió numerosos encargos políticos que le obligaron a viajar por al-Ándalus y Marruecos, así como el encargo de comentar las obras de Aristóteles. Al año siguiente, como recompensa, recibió en título de Cadí de Sevilla.

A su gran humanidad se unía un gran cariño por su Córdoba natal, a la que consideraba la tierra más hermosa, y a sus paisanos, a los que tenía como los más inteligentes de su época. En cambio, sus escritos son especialmente duros con los tiranos de todos los tiempos y muy especialmente con el suyo:

"No hay peor condición que la de tirano"

El sucesor de Yusuf, Ya'qub al-Mansur, también lo protegió, pero aunque era musulmán de fe ardiente, con sus ideas sobre la filosofía y la religión, se hizo sospechoso de herejía y dieron pie a sus enemigos para enemistarle con el nuevo sultán, el cual lo desterró de su corte acusado, como otros sabios hispano-musulmanes de la época de promover la filosofía y la ciencia griegas, con menoscabo de la religión islámica. El sultan al-Mansur le desterró a Elisana (actual Lucena) cerca de Córdoba, de donde se le prohibió salir y condenó su obra, siendo destruidos sus libros por orden expresa de al-Mansur, y que en el Occidente latino sólo conocería después a través de las versiones y traducciones hebreas.

Entonces Averroes hubo de sufrir los insultos de los fanáticos. Él mismo cuenta que una vez fue con sus hijos a la mezquita para asistir a la oración de la tarde de un Viernes y el populacho lo expulsó de ella. Veinte meses más tarde, en 1198, el sultán perdonó a Averroes y lo llevó consigo a Marrakech y ya no volvió a pisar en vida suelo de al-Ándalus.

El jueves, 9 de Safar del año de la Hégira 595, (10 de Diciembre de 1198) y a la edad de setenta y dos años, falleció Averroes en dicha ciudad marroquí. Su cadáver fue trasladado tres meses después a Córdoba y sepultado en el cementerio de los Bannu´Abbad.

El entierro debió ser famoso, pues el místico Ibn Arabí de Murcia dice que lo presenció y que la acémila que trasportaba sus restos llevaba en un lado sus restos y en el otro, como contrapeso, sus libros. Gracias a un texto del Kitab al-Kulliyat se puede saber que que murió a consecuencia de las secuelas de una artritis que padecía desde joven, debida a un brote de fiebres reumáticas que no le curaron bien cuando era niño.

Como filósofo, constituye un eslabón fundamental entre la filosofía griega y la escolástica; recogió las teorías de Avicena, Aben Masarra y Avicebrón de Málaga, y ha pasado a la historia como el introductor de Aristóteles en la Europa del siglo XIII. Los escolásticos cristianos entendieron que Averroes había escrito tres comentarios a Aristóteles (en realidad, son tres exposiciones de la filosofía) y le llamaron "El Comentador".

Como médico, fue discípulo Avenzoar y Abentofáil, y dejó escritas unas 16 obras de medicina, que constituyeron un compendio muy completo de los conocimientos hispano-musulmanes de Anatomía, Fisiología, Patología, Diagnosis y Materia Médica. La más famosa, el Kitab al-Kulliyat, compendio de medicina general, era muy traducido en los siglos posteriores y publicada junto al Kitab al-Teisir, de Avenzoar. Averroes estudió a menudo las opiniones de este último y las del médico oriental al-Razes, comparándolas con las de Galeno e Hipócrates, y se extendió en largas disgreciones filosóficas.

Como astrónomo, fue uno de los que discutió las doctrinas de Ptolomeo, señalando los errores del astrónomo alejandrino y estudió las teorías de Azarquiel de Toledo.

Entre sus obras, destaca "Comentarios" a Aristóteles, que se divide en Grandes Comentarios, Comentarios Medios y Paráfrasis o Análisis. Por las referencias citadas en sus obras, se supone que que compuso antes los Comentarios Medios que los Grandes, y las Paráfrasis casi al mismo tiempo que los Comentarios Medios.

Además de estos Comentarios, escribió:

- La destrucción de "la destrucción de los filósofos" de al-Gazel, como refutación de la obra de al-Gazel.

- "Cuestiones" o disertaciones sobre varios pasajes del Organon de Aristóteles.

- "Disertaciones físicas", o pequeños tratados sobre cuestiones de la física del Estaragita.

- Dos disertaciones sobre la unión del intelecto separado del hombre.

- Un estudio sobre el problema de "Si es posible que el intelecto (el material o hílico) comprenda las formas separadas o abstractas".

- Una refutación del tratado "Sobre la división de los seres", de Avicena.

- Un tratado acerca del acuerdo entre la religión y la filosofía.

- Un estudio sobre el verdadero significado de los dogmas de la religión, escrito en Sevilla en 1179.

Se inclinaba en sus doctrinas filosóficas hacia el materialismo y el panteismo y fueron éstas condenadas por el Vaticano y por la Universidad de París, que en el siglo XVII editó el libro "los enemigos de Dios", que condenaba a Averroes y a su filosofía y en sus páginas recogía un dibujo grotesco de Averroes.

Bruno Alcaraz Masáts - 1998

Texto para la IV Expedición Cultural Granada - Marrakech,
organizada por la Asociación Cultural Medina Andalusí, en colaboración con la Diputación de Granada y la Delegación
de Cultura de la Junta de Andalucía.
27 Di
ciembre 1998 / 4 Enero 1999