viernes, 20 de marzo de 2009

El Aljibe de la Plaza de
Los Aljibes de la Alhambra



Interior del aljibe de la plaza de los Aljibes, en la Alhambra

La muralla exterior de la Alcazaba, límite, a mediodía, del jardín de
los Adarves y, a norte, del camino que conducía desde la puerta de las
Armas a la Casa Real, sigue después envolviendo la parte más ancha
del cerro. La inmediata a la Alcazaba forma hoy una extensa plazoleta
llana, llamada de los Aljibes por la existencia, bajo parte de ella, de unos
grandes, construidos por el conde de Tendilla, cumpliendo órdenes
de los Reyes Católicos, sobre el foso que protegía a oriente la fortaleza.
También el Palacio de Carlos V, cuya fachada de poniente cierra la
plaza en el frente opuesto, desfiguró mucho estos lugares, allanados
en el siglo XVI para hacer en ellos una gran plaza de armas,
complemento del Palacio, que no llegó a iniciarse.

La Alhambra y el Generalife de Granada.

Leopoldo Torres Balbás

Colección Los Monumentos Cardinales de España
Editorial Plus Ultra – Madrid, 1950

La palabra aljibe, en árabe al-yubb, (del árabe hispano al-gúbb, y este del árabe clásico gubb), es sinónimo de cisterna o depósito, normalmente subterráneo, destinado como aprovisionamiento, almacenamiento y suministro del agua que se obtenía a partir de acequias que la traían desde fuentes, manantiales o ríos cercanos o lejanos, o por la recogida de las aguas derivadas de las lluvias estacionales.

El aljibe constituye una de las expresiones más determinativas de una cultura, como la mediterránea, en la que el agua y su aprovechamiento representaba todo un reto. No es de extrañar que la ubicación, construcción, mantenimiento y conservación de las acequias y los aljibes se considerase un asunto prioritario del que dependía en buena parte la supervivencia y estabilidad de una zona poblada de cualquier territorio de al-Ándalus.

El ladrillo fue el principal material constructivo utilizado para los muros y para las bóvedas y solerías, siendo escaso el empleo de la piedra y se completa su fisonomía con la instalación de un brocal o boca de entrada, situada generalmente en superficie de interior, para permitir el abastecimiento de agua. Las paredes del aljibe, y a veces incluso sus bóvedas, se revestían de estuco de color rojizo, para dotar al aljibe de estanqueidad con el fin de evitar fugas o pérdidas de agua por fisuras o grietas que resultan en las uniones de la ladrillería de su estructura.

En la Alhambra, entre el recinto castrense de la Alcazaba y los Palacios Nazaríes y el Palacio del Emperador Carlos V se ubica una de las primeras obras de arquitectura e ingeniería hidráulica del nuevo periodo de transformaciones cristianas que se inicia en esta ciudad palatina después de la reconquista por los Reyes Católicos, en 1492, del que había sido último bastión de la presencia hispano-musulmana en España.

El nombre de esta plaza proviene de una cisterna o aljibe que construyó Don Iñigo López de Mendoza, el segundo conde de Tendilla, a quien los monarcas habían dejado al frente como Alcaide de la Alhambra y Capitán General del Reino de Granada. El Conde de Tendilla lo construyó en 1494 en el barranco que separaba la Alcazaba y los palacios nazaríes, en cumplimiento de las primeras órdenes y normas de adaptación de la Alhambra a la nueva situación surgida a partir del 2 de Enero de 1492, siendo la obra atribuida a un maestro aljibero vinculado a Don Iñigo López de Mendoza, de nombre Francisco Hernández, aunque en la documentación de la época aparece como Francisco el Valençí, de donde se deduce su condición de morisco o por su posible origen levantino, por lo que debía estar muy familiarizado con la construcción de este tipo de obras tan características en la historia de la ingeniería hispano-musulmana de Granada.
Como maestro de obras hidráulicas hizo en 1504 un aljibe en la fortaleza de Castell de Ferro, en la costa al sur de Granada; en 1509 efectuó dos obras, primero firmó un contrato de obra junto con el albañil Juan de Rojas por el que los dos realizarían obra en un baño cerca de la que fue Casa de la Moneda, instalada en tiempos de los Reyes Católicos, y hasta su demolición en 1843, en el Hospital de Locos e Inocentes, el Maristán edificado por Muhammad V en el siglo XIV, entre las obras a realizarían se incluían solar con ladrillos nazaríes de tres dedos la sala de en medio y después haría el aljibe que hay debajo del patio del Castillo-Palacio de La Calahorra (Granada), al norte de la provincia, aunque la fama de tirano y mal pagador que tenía Don Rodrigo de Vivar y Mendoza, marqués del Cenete y señor de aquel castillo, le hizo ir, aunque según parece muy a su pesar, tan sólo por exigencia del Conde de Tendilla. En 1513 hizo un aljibe para Don Iñigo López de Mendoza en Valhermoso de Tajuña, pueblo perteneciente a su señorío de Tendilla (Guadalajara) y en 1517 haría Francisco el Valençí el aljibe del castillo que Don Pedro Fajardo mandó construir en su villa de Vélez Blanco (Almería).

Esta cisterna o aljibe que se le atribuye construyó en La Alhambra, se convirtió posteriormente en la plaza actual al soterrarlos junto con las calles adyacentes y las plazas circundantes. La plaza de los Aljibes es hoy una extensa explanada entre las torres y las defensas de la Alcazaba de la Alhambra por un lado, y por otro por la puerta del Vino, los palacios nazaríes y la posterior edificación del palacio de Carlos V, con vistas a los barrios del Sacromonte y del Albayzín.

Primitivamente, en época musulmana, esta plaza era un barranco o foso que separaba la Alcazaba del resto de la Alhambra. En época cristiana se acometió la construcción de un gran aljibe que rellenó el barranco, y que conllevó el derribo de la Puerta Real de la Alhambra y de varios edificios que envolvían y coronaban los aljibes. A partir de 1955, se realizaron toda una serie de excavaciones que descubrieron la plaza medieval por la que se accede a la Alcazaba, con las tres puertas que cerraban su entrada, una de ellas se encuentra casi completa en el interior del Cubo de la Alhambra, otra es la que ataja la calle que, al pie de la muralla, rodea la Alhambra y la tercera es la que da paso a la calle que bordea al Sur los palacios y de acceso en cuesta hacia la Puerta del Vino y el antiguo acceso a la Madraza de los Príncipes, antes del patio de Machuca, que era una escuela para estudiar ciencia y filosofía, exclusiva para los hijos de la familia de los Reyes Nazaríes, por eso se la llamaba la Madraza de los Príncipes. Sólo quedan restos de lo que fue.




Interior de una nave y zona de la escalera principal, una de las dos escaleras que permiten acceso al interior del aljibe.
Planta de la cisterna, según plano de Abelardo Alfonso Gallardo


Sección de la cisterna, según plano de Abelardo Alfonso Gallardo


Sección de los dos cuerpos de escalera, según plano de Abelardo Alfonso Garrido. En la escalera principal de entrada al aljibe se observa una cúpula esquifada que alberga un pequeño receptáculo cubierto destinado a recoger el agua procedente de la Acequia Real de la Alhambra, que desde alli penetra en el interior del aljibe.
El Aljibe de la Alhambra, de 34 metros de largo, 6 de ancho y 8 de alto formado por dos naves con bóveda de cañón sostenidas por arcos semicirculares, cuya comunicación se realiza por medio de seis puertas de arcos semicirculares y en sus lados menores presenta dos cuerpos de escaleras de doble ángulo, una de ellas con un departamento con bóveda esquifada, que es receptor y distribuidor del agua que recibe, es unas cinco veces mayor que el aljibe del Rey, dispone de una capacidad de 1.632 metros cúbicos de almacenamiento de agua, haciéndole unos de los mayores de España y recibe el agua de la Acequia Real de la Alhambra.





El aljibe del Rey, en la alcazaba del Albayzín,
es el más grande de la Granada islámica
El aljibe más grande de la Granada islámica era el Aljibe del Rey, situado en la placeta del Cristo de las Azucenas, en la Alcazaba del Albayzín, también conocido con los nombres de Aljibe Viejo o Aljibe Grande de la Alcazaba, disponía de una capacidad algo superior a los 300 metros cúbicos. Este es el mayor de los aljibes musulmanes de Granada, consta de 4 naves y, actualmente, su bóveda queda dentro del llamado Carmen del Aljibe del Rey, sede de la Fundación Emasagra.
El Aljibe de la Alhambra se vaciaba una vez a año, se procedía a vaciarlo para limpiarlo en profundidad con el objeto de eliminar todas las impurezas, suciedades y verdín acumulado quedando listo de nuevo para empezar a recibir agua de la Acequia Real de la Alhambra. Había, además, «una persona encargada de su cuidado y mantenimiento, teniendo preparados cubos, cuerdas y garruchas para sacar el agua, y que recibía una pequeña cantidad por cada carga de agua que sacaba», según indica Cristina Viñes Millet en su libro "La Alhambra de Granada, Tres siglos de historia".
El aljibe siempre ha estado en uso, ya que fue objeto de una atención continua, en mayor o menor grado, según cada época, para asegurar su funcionamiento. Así lo confirman los numerosos autos y oficios sobre arreglos y mantenimiento.
En el Archivo de la Alhambra, hay referencias a la obra de mayor envergadura de 1830, obras de reconocimiento y excavación que condujeron al descubrimiento de la segunda escalera del aljibe venía estando inutilizada prácticamente desde el principio de su construcción y 1838 cuando, al limpiarlo, se le descubrió un desprendimiento de una parte de la nave que los divide, que condujeron a su recomposición para que no faltara agua en esta fortaleza cuya obra “ascendería a poco más de 1.000 reales”.


Foto de Ayola, de la segunda mitad del siglo XIX, donde
el palacio de Carlos V está sin las cubiertas de teja y
actual estado de la plaza de los Aljibes, donde se
observa una de las puertas que da acceso a una
de las escaleras del aljibe de la Alhambra.

Hasta hace unos años aun se podía beber agua extraída del aljibe, servida en vasos de cristal de cierto grosor, ya que en el quiosco que hay en ella está ubicado un pozo abierto al aljibe.
Brocal interior del receptáculo cubierto por una cúpula esquifada, situado en la escalera principal de entrada, que recoge el agua que aporta la Acequia Real de la Alhambra y que pasa directamente al interior del aljibe.

Antaño, fue lugar de celebración de verbenas, corridas de toros y del juego de la Pelota. Existe una placa en cerámica de Fajalauza que recuerda que en ella se celebró en 1922 el Concurso de Cante Jondo, en 1927 organizado por Manuel de Falla y Federico García Lorca, entre otros, y la recuperación de los Autos Sacramentales prohibidos en España en el siglo XVIII y en 1952 el I Festival Internacional de Música y Danza de Granada.
El viajero alemán Jerónimo Münzer, al visitarlo en octubre de 1494, indica que el aljibe es obra del conde de Tendilla a quien había costado 10.000 ducados y recoge su intervención en el contenido de una losa o placa conmemorativa que fue colocada, al parecer, en uno de los muros del aljibe de donde hubo de ser quitada con motivo de unas obras de relleno que acabarían enterrando la estructura arquitectónica de ingeniería hidráulica.

La placa tiene el error de redacción al indicar que el Rey Muley Hacen, no el rey Boabdil, entregó las llaves de la Alhambra a los Reyes Católicos el 2 de Enero de 1492, cuyo texto completo es:


LOS CATHOLICOS Y MUY PODOEROSOS SEÑORES DON FERNANDO Y
DOÑA YSABEL REY Y REYNA NUESTROS SEÑORES, CONQUISTARON
POR GUERRA DE ARMAS ESTE REYNO Y CIUDAD DE GRANADA LA
QUAL DESPUÉS DE HAVER TENIDO SUS ALTEZAS EN PERSONA
SITIADA MUCHO TIEMPO EL REY MORO MULEY HACEN LES
ENTREGÓ CON SU ALHAMBRA Y OTRAS FUERÇAS A DOS
DIAS DE ENERO DE MILL Y CCCCXCII AÑOS.

ESTE MISMO DIA SUS ALTEÇAS PUSIERON EN ELLA POR SU
ALCAYDE Y CAPITAN A DON IÑIGO LOPEZ DE MENDOÇA,
CONDE DE TENDILLA, SU VASALLO AL QUAL PARTIENDO
SUS ALTEÇAS DE AQUÍ DEXARON EN LA DICHA ALHAMBRA
CON QUINIENTOS CAVALLEROS E MIL PEONES, E A LOS
MOROS MANDARON SUS ALTEÇAS QUEDAR EN SUS
CASAS EN LA CIUDAD Y SUS ALCARIAS COMO PRIMERO
ESTAVAN. ESTE DICHO CONDE POR MANDAMIENTO
DE SUS ALTEÇAS HIZO HAZER ESTE ALGIBE.


Retablo de 1588 situado en el interior de la Puerta de la Justicia y,
a su izquierda, la placa de 1494, que se trasladó aquí desde la plaza
de los Aljibes en 1599.

Desde 1599, la placa está situada a la salida de la puerta de la Justicia, en dirección al interior de la Alhambra, haciendo esquina con el retablo que se construyó, a petición de los vecinos de la Alhambra en 1588, obra de Diego de Navas el Joven, en el lugar en que se celebró la primera Misa tras la conquista de la ciudad de Granada en 1492.


Lápidas sepulcrales de la muralla de va desde la Puerta
de la Justicia hasta la plaza de los Aljibes
Frente a ella se desarrolla una amplia calle antemuro que da acceso a la plaza de los Aljibes, al pie de la muralla, reforzada tras la conquista y que, por orden personal de Isabel la Católica, se reforzaría mediante el uso de las lápidas sepulcrales de cementerios musulmanes de Granada.
Este artículo toma como una de sus bases de redacción un trabajo publicado por el profesor Juan Manuel Martín García, Profesor Titular de Historia del Arte de la Universidad de Granada, con motivo de la celebración del IV Congreso Nacional de Historia de la Construcción (Cádiz, 2005) titulado «El Aljibe de la Alhambra de Granada»
Enlace de acceso a la Biblioteca Digital de la Sociedad Española de Historia de la Construcción, sección Congresos de Historia de la Construcción, donde se encuentran publicadas las contribuciones realizadas en relación con los congresos nacionales e internacionales de Historia de la Construcción
http://gilbert.aq.upm.es/sedhc/biblioteca_digital/Congresos/Bases_Congresos.htm#CNHC4
El material histórico y fotográfico fue cedido por la Biblioteca de Andalucía y el Área de Difusión Cultural de la Junta de Andalucía con sede en Sevilla.
Bruno Alcaraz Masáts