sábado, 6 de enero de 2018

UN DISCO GRABADO EN LA ABADÍA DEL SACROMONTE 

DE GRANADA RECUPERA MELODÍAS NAVIDEÑAS DEL SIGLO XVII 



La Danserye y Ensemble Prolationum, que han recreado 
las melodías de Gaspar Fernández. / L. D.

La Danserye ha reconstruido letras que viajaron de Baeza hasta México. 

El trabajo, titulado 'Chanzonetas' incluye poemas sacros de Alonso de Bonilla, musicados en la catedral de Puebla por Gaspar Fernández.


La vida de los maestros de capilla en el siglo XVII no estaba exenta de estrés. Tras su aparente comodidad al servicio de la autoridad eclesiástica, se escondía la dura exigencia de estrenar obras al menos dos veces al año: por Navidad y por el Corpus Christi, a las que en algunas ocasiones se añadía el día de Reyes. 

Este modelo, que en Granada padecieron personajes como Rodrigo de Ceballos, Ambrosio de Cotes, Antonio Caballero y tantos otros, se reproducía en las catedrales del Nuevo Mundo con igual virulencia, obligando a los músicos a buscar como una aguja en un pajar letras de calidad e índice devocional suficiente para satisfacer al cabildo de turno. 

En las fechas más próximas a la Navidad de 1614, el maestro de capilla criollo Gaspar Fernández, con plaza en la catedral de Puebla (México), se encontraba con el grave aprieto de no disponer de tales letras.


En esta tesitura, llegó a sus manos la primera gran antología literaria de Alonso de Bonilla, poeta baezano que la había dado a la imprenta sólo unos meses antes. Puede parecer arte de magia, pero tal y como afirma Fernando Pérez Valera, uno de los componentes del Ensemble La Danserye, «no debe extrañarnos tanto»

El tráfico cultural en los barcos que iban y venían de las Indias era constante, y los libros ocupaban poco espacio, así que se trasegaban con frecuencia». El caso es que Fernández, al hojear 'Peregrinos pensamientos de misterios divinos en varios versos y glosas dificultosas', vio el cielo abierto, nunca mejor dicho. 

Nada menos que 688 poemas con otras tantas posibilidades de convertirse en piezas sacras estrenables en fechas señaladas. 


Tal y como afirma Javier Marín, musicólogo y profesor de la Universidad de Jaén, sus poemas también fueron aprovechados por maestros de capilla locales, como su coetáneo Manuel de Tavares, fallecido en 1638, y que ejercía en la catedral de Baeza.

El implacable paso del tiempo había hecho mella en aquellas partituras, hasta el punto de arruinarlas casi por completo. En este estado las encontró La Danserye, el grupo de música antigua murciano pero fuertemente vinculado a Granada porque su grupo coral asociado, Ensemble Prolationum, cuenta con varios miembros granadinos. 

«Javier Marín nos puso sobre aviso de que en Puebla existían estas partituras. Las fotografías digitales de las mismas, conservadas en Oaxaca, revelaron el mal estado en que se encontraban», comenta.

Renacimiento


A partir de ahí, se inició un trabajo de reconstrucción que duró dos años. 

«Muchas de ellas estaban escritas con tinta de minio con ácido férrico, que ha corroído el papel. Nos quedaba el esqueleto. A partir de las alturas de las plicas hemos ido reescribiéndolas, ayudándonos de la restauración digital y mejoras en la imagen. Las hemos transcrito y revisado para ver cómo funcionaban».

El 'Cancionero' de Gaspar Fernández es el mejor conservado de Hispanoamérica, y no hay copias en España. Muy estudiado por musicólogos norteamericanos, no se había prestado atención a esta parte final, la que incluye la instrumentación de los poemas de Bonilla. 


La reproducción del mismo, realizado conforme a las pautas de la época en que fue escrito, abre vías de futuro para la edición y recuperación dentro del repertorio internacional, dada su alta calidad musical.

Puestos a grabar el disco, hubo un trabajo extra de recreación de los instrumentos originales, muchos desconocidos hoy, como el sacabuche -antecedente de la trompa-, el bajoncillo o la corneta renacentista. 

«Sólo así es posible reconstruir el auténtico sonido de las capillas», asegura Fernando Pérez. 

En total, han sido una veintena los instrumentos recuperados, agrupados sonoramente por familias para facilitar su empaste. 

Y terminado ese trabajo, faltaba el marco idóneo para ejecutarlo. Este no fue otro que la Abadía del Sacromonte, en cuya capilla de San Dionisio Aeropagita se grabó, bajo la dirección de Paco Moya, ingeniero del sello granadino IBS Classical. 

«La acústica natural aporta tantas incomodidades como calidad. Pero trabajar un marco coetáneo a los poemas, en un lugar con tantas conexiones con Hispanoamérica, y con el fantástico equipo de IBS ha dado lugar a un disco que, estamos seguros, nos dará muchas satisfacciones», afirma Pérez.